14 de marzo - Día de las Escuelas de Frontera

1972
Fecha establecida por Ley 19524 como Régimen de Escuelas de Zonas y Areas de Frontera. En su Art. 2º expresa: ... " situadas en el territorio que el Poder Ejecutivo Nacional determine como zona y área de frontera..."
Su propósito es el "desarrollo, promoción prioritaria e integración plena de esas jurisdicciones a la vida nacional "
A lo largo de las extensas fronteras de nuestro país (9.376 kilómetros) existen alrededor de 11.000 escuelitas (contemplando no sólo aquellas ubicadas estrictamente en zonas fronterizas, sino haciendo extensiva la consideración a un área un poco más amplia, incluyendo las llamadas escuelas rurales -que en todos los casos están alejadas de zonas urbanas-).

Estos establecimientos educativos suelen estar en zonas aisladas y de acceso un tanto complicado, y muchos de los alumnos que concurren a ellos deben recorrer enormes distancias, todos los días, para poder acceder a su educación básica.
En general, en las escuelas de frontera los niños están a cargo de un único maestro, y pasan allí todo el día, pues se les brinda además de la educación su alimentación básica, en muchos casos la única que pueden recibir.

Estas escuelas no podrían subsistir de no ser por la profunda vocación y el enorme cariño de los docentes, que no son sólo maestros sino también en muchos casos casi padres de sus alumnos, y se encargan de todas las tareas y necesidades de la vida en los establecimientos: comidas, vestimenta, útiles, mantenimiento, salud.
Las carencias y las dificultades son muchísimas, quizás demasiadas para lo que un ser humano medio, acostumbrado a las comodidades y facilidades de las grandes urbes, podría soportar. Pero gracias a estos miles de "héroes" que podemos encontrar a lo largo de todo nuestro país, hay muchos chicos que aún pueden soñar con forjarse un futuro mejor para ellos y sus familias.

Aun en sus precarias condiciones de infraestructura, alimentación y sanidad, los chicos aprenden no sólo a leer, escribir o sumar, sino también a trabajar la tierra o criar animales para generar producción para su propia subsistencia. De todos modos, la solidaridad de los alumnos y de las comunidades urbanas sigue siendo de gran ayuda para su mantenimiento y evolución, pero sobre todo para sentirse acompañados y queridos, para sentir que también ellos son argentinos y, desde su lugar, forjan día a día nuestra Nación.

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